Acabo el mes con una de las mejores noticias que podían darse para la cultura gallega y universal. Después de dos años de trabajo de la Fundación Castelao con la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia, han logrado catalogar unas 3.800 obras de uno de los personajes más importantes de la historia gallega. Un breve apunte para los que no lo conozcan:
Alfonso Daniel Rodríguez Castelao fue un escritor, ilustrador, humorista y político gallego de la primera mitad del siglo XX. Su obra literaria y gráfica están entre las más valiosas que ha dado Galicia, destacando ‘Cousas’, ‘Os dous de sempre’, ‘Nós’ o ‘Os vellos non deben namorarse’. Pero su repercusión va más allá del plano cultural, pues Castelao es la figura más importante de la política gallega, un auténtico líder intelectual que tuvo que sufrir el destierro en plena II República (sí, increíble pero cierto) y cuyo visión socio-política sobre Galicia (y España) está recogida en Sempre en Galiza, obra que todo gallego tiene la obligación de leer.
Tras la victoria de Franco en la Guerra Civil, pasó los últimos años de su vida trabajando en favor de Galicia y el Gobierno republicano español. Murió en el destierro, en Buenos Aires, como tantos otros compatriotas, ninguneado por los vencedores y olvidado por muchos durante años. Los mismos que cuando sus restos volvieron a Galicia, ya en democracia, se quisieron subir al carro de su bien merecida fama. Tal es el caso del actual conselleiro de Cultura, el popular Roberto Varela.
Y es que este inmenso trabajo de catalogación y recopilación ha sido dirigido desde la Fundación que lleva su nombre, presidida por su gran amigo y valedor Avelino Pousa Antelo que, hace un par de años, consiguió el apoyo institucional y económico de la Consellería entonces dirigida por el Bloque Nacionalista Galego. Ahora, Roberto Varela (y su partido) quiere anotarse el tanto y sale sonriendo en la foto, sólo unas semanas después de haber tenido la desvergüenza de decir que “la cultura gallega está muy bien pero limita”. Tal ignorancia despertó las iras de gran parte de la sociedad gallega y se ha pedido su dimisión desde múltiples estamentos. Entre todas las bofetadas que se ha llevado hay una especialmente significativa: los once gallegos ganadores del Premio Nacional (de España), en las categorías de ‘Narrativa’, ‘Literatura Infantil y Juvenil’, ‘Traducción’, ‘Literatura Dramática’ y ‘Ensayo’, han firmado un escrito pidiendo su inmediato cese (no confían desasiado en su dimisión, experiencia no muy practicada por los políticos españoles). Entre los firmantes figuran personajes tan importantes para la cultura gallega como Manuel Rivas, Xabier P. DoCampo o Agustín Fernández Paz.
Pero quedémonos con lo positivo (y disculpad el tono de mi crítica), pues lo importante es la ciclópea labor que se ha llevado a cabo. Muchos de los dibujos, escritos, cartas y discursos de Castelao están en manos privadas, en muchos casos en manos de familias que los guardaron con mimo para que no fueran utilizados o eliminados por la dictadura. El propio Pousa Antelo comentó este punto:
Estábamos más preocupados por las colecciones personales, que por ley biológica tienden a ocultarse, desaparecer o incluso destruirse. Había que hacer visible esta parte.
Muchas de las obras se ha encontrado en Nueva York, La Habana, Buenos Aires o Miami, además de otros puntos de Latinoamérica y España. Desde la Fundación calculan que todavía habrá alrededor de cien obras sin catalogar y esperan que pronto puedan añadirse a la colección. En los próximos meses se llevará a cabo su digitalización, momento en el que por fin la obra de Castelao estará al alcance de quien debe estar: el pueblo gallego y todo amante de la libertad. Sirvan las palabras de Pousa Antelo para resumir la importancia de este trabajo:
Es el mejor homenaje posible a una de las figuras totémicas de la cultura de nuestro país, el que mejor nos representa.
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