16 de ago. de 2010

A información non queima

No País:

A la Xunta no parece gustarle que los ciudadanos conozcan los incendios que se producen en Galicia durante el verano. Su política informativa es ocultar a los medios de comunicación, y por lo tanto a sus lectores, oyentes y televidentes, todos los fuegos que quemen menos de 20 hectáreas. Sólo dan algún detalle de estos si el periodista que pide información conoce su existencia y pregunta por un suceso en concreto. De lo contrario, el Gobierno autónomo obvia la información.

La razón, según explicó en una entrevista a este periódico el conselleiro de Medio Rural, es que no cree "que sea necesario emitir de oficio información de algo que es tan común en Galicia". Samuel Juarez dice no ser quien debe dar la noticia, sino el periodista el que tiene que buscarla. "Nadie le pide a la conselleira de Sanidade que dé noticias de cuántos pacientes se operan cada día en cada hospital del dedo gordo del pie izquierdo".

Cuando Alberto Núñez Feijóo era jefe de la oposición, durante uno de los veranos más dramáticos que han vivido los montes gallegos (2006), acusaba al Gobierno de la Xunta de falta de transparencia a pesar de dar datos de hectáreas quemadas a diario. Ahora la estrategia es distinta. "Es una política informativa como cualquier otra", se defiende Juárez, que además asegura que "en ese tipo de noticias hay aspectos colaterales negativos, con un efecto llamada"

Pero, ¿son ciertos esos efectos colaterales negativos? ¿hay efecto llamada? Según coinciden varios expertos, se trata de un fenómeno muy limitado sin estudios que lo avalen. Es común oír que los pirómanos tienden a actuar cuando ven fuego. Esta afirmación no es una verdad absoluta, según Jerónimo Sáiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, quien califica esta enfermedad de algo "excepcional", sin suficientes sujetos como para conocer con profundidad un patrón de sus motivaciones. "Yo llevo más de 30 años ejerciendo en psicología forense, que es donde más se ve. Para empezar, la piromanía siempre suele estar asociada a otra patología, como esquizofrenia. Lo del efecto contagio está más asumido en el tema del suicidio y sobre todo de la edad escolar, niños y adolescentes", explica Sáiz, quien concluye: "No creo que informando sobre los incendios se fomenten más. El efecto contagio en este tipo de cosas es muy modesto, según mi opinión".

Incluso asumiendo que lo hubiese entre pirómanos, en la comunidad sólo un 7% de los fuegos son provocados por estos enfermos mentales, según un reciente estudio de la Fiscalía Superior de Galicia.

La mayoría de los incendios son provocados por personas que tienen intereses en quemar el monte. ¿Puede haber entre ellos el efecto contagio al que se refiere el conselleiro? Marcos Cardelle, decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros Técnicos Forestais de Galicia, explica que es cierto que quien quiere prender fuego a un terreno aprovecha cuando hay en la zona un gran incendio que tiene movilizados muchos medios porque sabe que va a hacer más daño. La teoría de no informar sobre incendios pequeños no tendría mucho sentido para evitar este contagio, ya que no suelen acaparar los suficientes medios como para que los incendiarios se aprovechen de la vulnerabilidad del monte. Cardelle explica también que, en cierta forma, informar de los incendios también ayuda a concienciar, ya que la gente "se asusta viendo el daño que hace el fuego y se puede retraer un poco a los incendiarios".

En eso coincide con el presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales, quien se muestra a favor de dar una "amplia cobertura informativa" a los incendios en verano porque, aunque "un mensaje es recibido de forma distinta por diferente público", para "la gran mayoría" este tipo de noticias son "positivas", ya que "mostrar un incendio es una manera de concienciar", según recoge Europa Press.

El decano del Colexio Profesional de Periodistas de Galicia, Xosé Manuel Pereiro, se muestra abiertamente contrario a la política informativa de la Xunta. Argumenta que el perfil del incendiario que aporta la fiscalía no es el de una persona muy informada y alude a la escasez de fuegos provocados por pirómanos. "Pero independientemente de todo esto, no son las autoridades las que tienen que decidir qué es noticiable o qué no. Cualquier medio tiene derecho disponer de todos los datos de una Administración y eso es lo que está en cuestión", explica. Pereiro se suma a la teoría de que la concienciación ciudadana es uno de los principales aliados en la lucha contra el fuego y de que la información es vital para esto. "En cualquier caso, los datos no son de las administraciones, sino de los ciudadanos", concluye.

Todas estas opiniones parecen no valerle a la Xunta para informar sobre cuántas hectáreas se queman en la comunidad autónoma. Feijóo aseguró el 11 de agosto que las acusaciones de desinformación sobre los fuegos son "polémicas inexistentes" y que al terminar la campaña, informará en el Parlamento "hectárea por hectárea y municipio por municipio". A los dos días, tras la muerte de dos bomberos forestales en un incendio en Fornelos de Montes, el director general de Montes, Tomás Fernández- Couto, aportó los datos que durante el verano venían demandando la oposición y algunos medios de comunicación. Cifró en 2.000 las hectáreas carbonizadas en lo que va de verano debido a incendios en Galicia, de las cuales 1.500 se quemaron en lo que va de agosto.

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